El reciente ataque en un motel de Bogotá ha dejado a la comunidad en estado de shock. Un uniformado de la Policía, John Acuña, atacó a su expareja, Paola Camargo, y a su acompañante, Fernando, antes de quitarse la vida. Este trágico suceso ocurrió en la noche del 8 de septiembre en la localidad de Kennedy, y ha generado una serie de interrogantes y preocupaciones sobre la violencia intrafamiliar y el uso de armas de fuego por parte de miembros de la fuerza pública.
Paola Camargo, quien sobrevivió al ataque, relató los angustiosos momentos que vivió. “Sentí los disparos en mi cara”, comentó desde el hospital. Recibió cuatro impactos de bala, tres en la cara y uno en el brazo. Su compañero, Fernando, también resultó herido. “Él me vio botando sangre por la boca. Yo pensé: ‘Ya, me mató, definitivamente me mató’, y él se mató”, explicó Paola.
El ataque ocurrió después de que Paola y Fernando salieran de una residencia en el barrio Kennedy Central. Mientras se dirigían al parqueadero, fueron interceptados por Acuña, quien les disparó con un arma de fuego que no era de dotación oficial, sino de su propiedad. Este detalle ha generado preocupación sobre cómo Acuña pudo acceder a un arma de fuego y utilizarla en un acto de violencia.
Paola confirmó que su relación con Acuña había terminado en diciembre debido a su comportamiento violento. “En mi negocio, un spa, él se volvió obsesivo y violento cuando le dije que no quería seguir con él. Yo dije no más, o sea, yo no voy a permitir ni que me peguen, ni que me maltraten, ni que me hablen de una manera incorrecta, es mejor quedarme sola y ya”, señaló Paola.
Lo más desconcertante del caso es que varios familiares de Acuña estaban presentes en el lugar del ataque. “Justo cuando él se disparó, vi salir corriendo a su madre, padre, hermana y sobrina”, comentó Paola. Este hecho ha generado especulaciones sobre el conocimiento previo de los familiares sobre las intenciones de Acuña y su posible complicidad.
Las autoridades, a cargo del teniente coronel Juan David Arango, están investigando el caso. “La información está siendo verificada y aún no se tiene certeza sobre si el agresor era miembro activo de la Policía Nacional. El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación está llevando a cabo todas las diligencias necesarias para esclarecer los hechos”, expresó el oficial.
Este caso ha puesto en evidencia el alarmante incremento de la violencia intrafamiliar en Bogotá. Según cifras de la Policía Metropolitana de Bogotá, replicadas por la concejal María Clara Name del Partido Verde, los casos de violencia intrafamiliar contra mujeres han aumentado de manera desconcertante. “Es muy preocupante, que en los primeros 4 meses del 2024, en promedio diariamente se presentaron 104 casos de violencia intrafamiliar contra de mujeres, reportando así un incremento del 165% en este indicador. Así mismo, los casos contra los menores de edad se cuadruplicaron, pasando de 349 a 1.314 registros, según cifras de la Mebog”, señaló la concejal.
Este trágico suceso ha generado un debate sobre la necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir la violencia intrafamiliar y garantizar la seguridad de las víctimas. La comunidad y las autoridades deben trabajar juntas para abordar este problema y proteger a las personas vulnerables.