En la noche del pasado jueves 4 de abril, la ciudad de Cali se vio sacudida por un intento de ataque cerca del cantón militar de la Tercera Brigada del Ejército. Este suceso, que podría haber tenido consecuencias devastadoras, fue dirigido hacia las casas fiscales donde residen los uniformados y sus familias. Afortunadamente, gracias a la rápida acción de las autoridades, no se reportaron heridos, aunque sí afectaciones a dos viviendas, una de ellas dentro del mismo cantón.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, informó que el atentado fue frustrado eficazmente, ya que ninguno de los cinco artefactos explosivos detonó. Fueron desactivados por las autoridades en el momento crítico de la emergencia. Este hecho subraya la importancia de la preparación y la respuesta rápida de los equipos de seguridad y emergencia en situaciones de alto riesgo.
El mayor general Erik Rodríguez, comandante del Comando Conjunto No. 2 del Ejército, reveló detalles escalofriantes sobre el método de ataque. Los atacantes utilizaron un vehículo equipado con un sistema de lanzamiento artesanal para proyectar cilindros explosivos. Tres de estos artefactos cayeron dentro del recinto militar, uno en la cancha del colegio donde estudian los hijos de los militares y los otros dos cerca de las viviendas. Rodríguez enfatizó que el ataque tenía como blanco a la población civil inerme, específicamente a las familias de los militares.
La alcaldía de Cali, en respuesta a este ataque, ha incrementado la recompensa por información que conduzca a la captura de los responsables, pasando de $20 a $50 millones. Este aumento en la recompensa refleja la seriedad con la que las autoridades están tomando el incidente, así como su compromiso con la justicia y la seguridad de los ciudadanos.
El alcalde Eder, en un mensaje dirigido a la ciudadanía, expresó su firme rechazo al acto terrorista y aseguró que el terrorismo no doblegará al espíritu de los caleños. Subrayó que la paz no implica renunciar a la seguridad y la autoridad, y prometió activar todas las capacidades disponibles para defender la vida y la libertad de los habitantes de Cali. Este mensaje resalta la resiliencia de la comunidad frente a los actos de violencia y su determinación para superarlos.
La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, también se pronunció, mostrando su apoyo al Ejército y rechazando el atentado. Su llamado a la unidad institucional para combatir a los violentos refuerza la idea de que la cooperación entre diferentes niveles de gobierno y la comunidad es fundamental para enfrentar y superar los desafíos de seguridad.
Este intento de ataque contra el cantón militar de la Tercera Brigada del Ejército en Cali no solo puso en riesgo vidas inocentes, sino que también intentó sembrar el miedo entre la población civil. Sin embargo, la respuesta coordinada de las autoridades y la comunidad demuestra que la solidaridad y la determinación son armas poderosas contra el terrorismo y la violencia. La investigación continúa, y con ella, la esperanza de que la justicia prevalezca y que este tipo de actos no queden impunes. La seguridad y la paz son responsabilidades compartidas, y es solo a través del trabajo conjunto que se pueden proteger efectivamente.