La llegada de la minga indígena a Bogotá ha captado la atención nacional. Unos 4.200 representantes de los pueblos indígenas se han asentado en el Parque El Renacimiento. Su objetivo es claro: frenar la violencia en el Cauca y participar en la paz total. Buscan una cita con el presidente Gustavo Petro para discutir soluciones a la crisis que atraviesa su departamento.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ha sido enfático en su mensaje. “Por el territorio, la vida y la paz, los Pueblos Indígenas del CRIC llegan a Bogotá donde esperan al presidente Gustavo Petro para avanzar con las políticas del cambio. Un cambio que no desconozca los derechos ganados en más de 50 años de lucha y resistencia”, afirmó uno de sus líderes al inicio de una intervención.

Aunque aún no se ha confirmado una agenda con el mandatario, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, liderará la mesa de diálogo con la minga. La situación en el Cauca es alarmante. Los frentes de las disidencias de las FARC, bajo el mando de Iván Mordisco, han perpetrado atentados con motobombas y drones. Además, se ha registrado un aumento de secuestros y reclutamiento forzado. El reciente asesinato del guardia indígena y presidente de la Junta de Acción Comunal de Pueblo Viejo, Víctor Alfonso Yule Medina, en Toribío, ha exacerbado la tensión.

En las últimas tres semanas, al menos 15 asesinatos han sido denunciados por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN). “En esta escalada violenta en el norte del Cauca no se están respetando ni el DIH ni ningún tipo de derecho individual o colectivo de las comunidades. La población civil sigue quedando en medio del fuego cruzado y la zozobra crece entre las veredas”, señala la ACIN.

El consejero mayor Jhoe Sauca ha subrayado la necesidad de frenar la violencia en el Cauca. Además, ha destacado la importancia de los derechos territoriales de las autoridades ancestrales. “Encontramos riesgos que no han tenido soluciones como la declaración de tierras baldías en territorios indígenas. El territorio determina nuestra identidad, nuestra economía propia, por eso necesitamos hablar de eso. Hay una transgresión de los derechos de los pueblos indígenas”, afirmó Sauca.

Otro punto crucial es la emergencia alimentaria y la violencia contra los pueblos indígenas. “Venimos en un camino propositivo. Hemos planteado el escenario del trabajo que se hace a través de los diálogos de la paz total. Con eso hemos propuesto trabajos de transformación y hacer transición a las economías legales. En esa paz total necesitamos la participación de las comunidades que estamos en territorio porque son las que pueden monitorear lo que pasa en los territorios. Hoy podemos denunciar, por ejemplo, el alto índice de reclutamiento forzado y las disputas territoriales de los grupos armados”, explicó Sauca.

El asesinato del guardia indígena el domingo pasado ha sido un punto de inflexión. Sauca pidió a los grupos armados que respeten a las autoridades de los territorios y detengan la violencia contra ellos. “Por pensar diferente están matando a nuestros compañeros y compañeras en el territorio. No podemos seguir aceptando que la violencia se naturalice en el departamento del Cauca y menos si desde el mismo CRIC hemos presentado propuestas transformadoras”, afirmó.

Yesid Conda, Consejero Mayor del pueblo Nasa, también se pronunció. “Estamos dispuestos a hablar con todas las instituciones y todos los sectores sociales y busquemos los acuerdos para la convivencia”, dijo Conda.

El CRIC ha dejado claro que se quedarán en la ciudad “el tiempo que sea necesario” para resolver sus planteamientos con el Gobierno. El Consejo Regional Indígena del Cauca lidera 138 autoridades indígenas pertenecientes a los pueblos Nasa, Yanakuna, Kokonuko, Misak y Ambaló. Los primeros grupos llegaron el martes 20 de agosto, pero el grueso de las organizaciones arribaron el miércoles 21. Por ahora, el Ministerio del Interior y la Alcaldía de Bogotá han dispuesto que se queden en el Parque El Renacimiento, sobre la calle 26. Allí ya están disponibles unidades sanitarias, unidad médica, duchas, carpas y puntos de servicios públicos.

La situación en el Cauca es compleja y requiere una atención urgente. La minga indígena busca no solo frenar la violencia, sino también garantizar la participación de las comunidades en la construcción de la paz total. La presencia de estos representantes en Bogotá es un recordatorio de la importancia de escuchar y atender las demandas de los pueblos indígenas. Su lucha por el territorio, la vida y la paz es una causa que merece ser atendida con seriedad y compromiso.

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