El central luso-brasileño Pepe anunció este jueves, a los 41 años de edad, el final de su carrera como futbolista profesional. Durante su trayectoria, jugó en equipos de renombre como el Real Madrid, el Oporto y la selección de Portugal. Este anuncio lo hizo a través de un emotivo vídeo compartido en sus redes sociales, donde repasó su carrera y los 31 trofeos que consiguió, incluyendo tres Ligas de Campeones con el Real Madrid.
En la grabación, titulada “Obrigado” (gracias), Pepe recordó el papel esencial de su madre, quien le permitió perseguir su sueño de ser futbolista profesional. Agradeció también a su familia, aficionados, compañeros de equipo y presidentes de los clubes que apostaron por él. Este gesto de gratitud refleja la humildad y el reconocimiento de Pepe hacia quienes lo apoyaron a lo largo de su carrera.
Nacido en Maceió, Brasil, en 1983, Képler Laveran de Lima Ferreira, conocido como Pepe, se inició en el Corinthians Alagoano de su ciudad natal. En 2001, con solo 19 años y apenas cinco euros en el bolsillo, se trasladó al archipiélago portugués de Madeira para representar al Marítimo. Este fue el primer paso en una carrera que lo llevaría a la cima del fútbol mundial.
Tres años después, fichó por el Oporto, donde ganó dos Ligas y una Copa de Portugal. Estos fueron los primeros trofeos de un palmarés que se amplió significativamente con su traslado a la capital española en 2010. En el Real Madrid, Pepe se convirtió en uno de los puntales del equipo blanco, jugando 334 partidos y marcando 15 goles. Con el club madrileño, conquistó tres Ligas de Campeones, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa, tres Ligas, dos Copas del Rey y dos Supercopas de España.
En 2019, Pepe dejó el Santiago Bernabéu para unirse al Besiktas turco. Sin embargo, una temporada y media después, regresó al Oporto. Incluso en el epílogo de su carrera, fue una pieza clave en la plantilla blanquiazul. Portando el brazalete de capitán, sumó otras dos Ligas, cuatro Copas y una Copa de la Liga a su palmarés con los ‘dragones’.
Pepe se nacionalizó portugués en 2007 y se despide tras haber representado a la selección lusa en 141 ocasiones. Participó en cuatro Mundiales y cinco Eurocopas, incluyendo la más reciente en Alemania. Fue fundamental en el primer gran logro del país, la Eurocopa de Francia 2016, y engrosó el palmarés luso al ganar la Liga de Naciones de la UEFA en 2019.
El presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Fernando Gomes, destacó en un comunicado: “Al final de su carrera futbolística, Pepe nos deja un ejemplo de profesionalidad, dedicación y, sobre todo, una enorme pasión por el fútbol y la selección”. Estas palabras reflejan el impacto y la influencia que Pepe ha tenido en el fútbol portugués y mundial.
La carrera de Pepe no solo se define por los trofeos y los partidos jugados, sino también por su carácter y su liderazgo en el campo. Su estilo de juego, marcado por una defensa férrea y una entrega total, lo convirtió en un referente para muchos jóvenes futbolistas. Además, su capacidad para superar adversidades y mantenerse en la élite del fútbol durante más de dos décadas es un testimonio de su dedicación y amor por el deporte.
El viaje de Pepe desde Maceió hasta los grandes estadios de Europa es una historia de perseverancia y éxito. Su paso por el Marítimo, el Oporto, el Real Madrid y el Besiktas, así como su destacada participación en la selección portuguesa, son capítulos de una carrera que será recordada por mucho tiempo. Cada uno de estos equipos y momentos contribuyó a forjar la leyenda de Pepe, un jugador que siempre dio lo mejor de sí en cada partido.
En su vídeo de despedida, Pepe no solo agradeció a quienes lo apoyaron, sino que también dejó un mensaje de inspiración para las futuras generaciones. Su historia demuestra que, con trabajo duro y determinación, es posible alcanzar los sueños más ambiciosos. Este legado es quizás uno de los mayores regalos que Pepe deja al mundo del fútbol.
La retirada de Pepe marca el fin de una era, pero su influencia perdurará. Los aficionados, compañeros y entrenadores que tuvieron la oportunidad de verlo jugar recordarán su pasión y su entrega. Su carrera es un ejemplo de cómo el talento, combinado con la dedicación y el esfuerzo, puede llevar a logros extraordinarios.