El 9 de septiembre de 2024, Víctor Hugo Lucero Montenegro fue suspendido de la presidencia del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) por un periodo de nueve meses. La Comisión de Disciplina de la agremiación tomó esta decisión debido a una “falta grave” relacionada con un caso de presunto abuso sexual. La periodista Cielo Reyes fue quien acusó a Lucero Montenegro. Sin embargo, la Junta Directiva del CPB rechazó la decisión de la comisión disciplinaria, argumentando que el proceso no se desarrolló dentro de los parámetros establecidos.
En un comunicado de prensa, Lucero Montenegro anunció su renuncia al cargo. “He decidido retirarme de mis funciones como presidente del CPB, de manera indefinida, hasta aclarar todo lo relacionado con este asunto para concentrar mis esfuerzos en el proceso legal que he iniciado contra la señorita Reyes”, expresó en el escrito. Esta renuncia ha generado diversas reacciones dentro y fuera del gremio periodístico.
La presidencia del CPB ahora está en manos de José María Bolaño de la Hoz, quien anteriormente se desempeñaba como vicepresidente. La Junta Directiva de la agremiación ha manifestado su descontento con el proceso llevado a cabo por la Comisión de Disciplina. Según la Junta, hubo una “violación del principio constitucional del debido proceso”. Argumentan que ni el vicepresidente José María Bolaño de la Hoz ni la fiscal Clara López de Medina fueron llamados a dar declaración. Además, señalan que se violó la presunción de inocencia de Lucero Montenegro.
La Junta Directiva también criticó la participación de Martha Díaz, presidenta de la Comisión de Disciplina, en el proceso. Según ellos, Díaz fue la encargada de propagar los infundios relacionados con el presunto hecho y debió declararse impedida para participar y firmar la decisión de la comisión. Esta situación ha generado un debate sobre la transparencia y la justicia dentro del CPB.
El caso de Víctor Hugo Lucero Montenegro ha puesto en el centro de atención la importancia del debido proceso y la presunción de inocencia en situaciones de acusaciones graves. La falta de claridad en el procedimiento disciplinario ha llevado a cuestionamientos sobre la imparcialidad y la objetividad de la Comisión de Disciplina del CPB. Además, ha resaltado la necesidad de revisar y fortalecer los mecanismos internos de las organizaciones para manejar casos de esta naturaleza.
Por otro lado, la renuncia de Lucero Montenegro y su decisión de concentrarse en el proceso legal contra Cielo Reyes también ha generado diversas opiniones. Algunos consideran que es una medida adecuada para demostrar su inocencia y limpiar su nombre. Otros, sin embargo, ven en esta renuncia una admisión tácita de culpabilidad. Este caso ha abierto un debate más amplio sobre cómo las organizaciones deben manejar las acusaciones de abuso sexual y la importancia de garantizar un proceso justo para todas las partes involucradas.
La situación también ha puesto de relieve la necesidad de apoyo y protección para las víctimas de abuso sexual. La acusación de Cielo Reyes ha sido un recordatorio de los desafíos que enfrentan las víctimas al denunciar estos casos. La valentía de Reyes al presentar su acusación ha sido reconocida por algunos sectores, mientras que otros han cuestionado la veracidad de sus afirmaciones. Este caso subraya la importancia de crear un entorno seguro y de apoyo para que las víctimas puedan denunciar sin temor a represalias.