La reciente decisión del Parlamento francés de incorporar el derecho al aborto en su Constitución ha marcado un antes y un después en la lucha por los derechos reproductivos y la autonomía de las mujeres a nivel global. Este lunes, Francia se erigió como pionero al garantizar constitucionalmente la “libertad garantizada” de abortar, un movimiento que ha sido recibido con júbilo y considerado un hito histórico por activistas y líderes de opinión en todo el mundo. El presidente Emmanuel Macron, a través de la red social X, expresó su orgullo por esta decisión, anunciando que la ceremonia final se llevará a cabo el 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, subrayando el simbolismo y la importancia de este acto legislativo.
La medida adoptada por Francia no solo representa una victoria para las mujeres francesas sino que también envía un poderoso mensaje a nivel internacional, instando a otros países a proteger y garantizar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Este paso adelante se produce en un contexto global donde los derechos sexuales y reproductivos enfrentan desafíos y retrocesos, como lo demuestra la reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de revertir el histórico caso Roe vs. Wade, que había garantizado el derecho al aborto en ese país desde 1973.
Fernanda Vanegas, del Centro de Derechos Reproductivos para América Latina y el Caribe, destacó la importancia de este momento, señalando que es la primera vez que el acceso al aborto se incluye en rango constitucional en algún país. La decisión de Francia se ve como una respuesta directa a los ataques contra los derechos de las mujeres y una afirmación de que la democracia, la igualdad y la libertad de elección sobre los propios cuerpos son fundamentales en nuestras sociedades.
La reacción internacional ha sido mayoritariamente positiva, con figuras como Anne-Cécile Mailfert, de la Fundación de las Mujeres, y Neil Datta, del Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos, viendo en Francia un ejemplo a seguir para otros países. La medida no solo es vista como una protección contra posibles retrocesos en los derechos sexuales y reproductivos, sino también como una afirmación de que los derechos de las mujeres son derechos humanos intrínsecos a los regímenes democráticos.
La Organización Mundial de la Salud, a través de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también ha aplaudido la decisión, subrayando que garantiza los derechos de las mujeres y salva vidas. Este paso de Francia se contrasta con la situación en otros países donde el aborto sigue siendo un tema altamente restrictivo o directamente prohibido, como es el caso de República Dominicana, Filipinas, Madagascar, Honduras y El Salvador, donde el derecho a la vida desde la concepción está consagrado en la ley fundamental.
La iniciativa francesa no solo ha sido inspirada por los movimientos internacionales en pro de los derechos reproductivos, sino que también ha servido de inspiración. La diputada izquierdista Raquel Garrido, nacida en Chile, país que intentó sin éxito introducir el derecho al aborto en su proyecto de nueva Constitución en 2022, reconoció el impacto que la lucha en Chile tuvo en el éxito francés, anticipando que la decisión de Francia tendrá repercusiones en todo el mundo.
En resumen, la decisión del Parlamento francés de elevar el aborto a rango constitucional no solo es un triunfo para las mujeres en Francia, sino que también se erige como un faro de esperanza y un llamado a la acción para el resto del mundo. En un momento en que los derechos reproductivos están bajo amenaza en diversas partes del globo, Francia ha demostrado un compromiso inquebrantable con la protección de la libertad, la igualdad y la dignidad de las mujeres, estableciendo un precedente que podría inspirar a otras naciones a seguir su ejemplo.